Vaya bombazo para terminar la semana. Bungie ha anunciado que se separa de Activision y se lleva los derechos de Destiny para continuar el desarrollo y publicación de la franquicia de forma independiente.

Recordemos que Bungie fue comprada por Microsoft en el 2000, junto a su franquicia Halo, convirtiéndola en santo y seña de su familia de consolas. En 2007 se convirtió en una compañía independiente, aunque los derechos de los juegos protagonizados por el Jefe Maestro se los quedaron los de Redmond.

En 2010 firmaron un acuerdo a largo plazo con Activision fruto del cual nació Destiny, aunque esta vez si, se aseguraron de retener los derechos de la franquicia.

Por ahora no sabemos los motivos exactos de esta ruptura, ya que lógicamente en el comunicado oficial todos son buenas palabras, pero parece claro que quieren más libertad para marcar los tiempos de publicación de los juegos, los contenidos adicionales para estos y demás, por lo que a partir de ahora lo harán de forma independiente, sin asociarse con otra compañía.

Viendo los últimos movimientos de Microsoft con la adquisición de diferentes desarrolladoras, sería bastante peliculera la vuelta del hijo prodigo a Redmond, aunque no parece que sea algo que vaya a ocurrir, por lo menos a corto plazo.