En la pasada Gamescom 2014 celebrada en Colonia a principios de agosto Razer anunció una nueva linea para algunos de sus periféricos más populares, bajo el subtítulo de Chroma, cuya particularidad residiría, principalmente, en la posibilidad de personalizar completamente todo el sistema de luces que incorpora cada uno de ellos.

Uno de los más beneficiados por esta característica es su teclado más popular, el Blackwidow, ya que es donde más luce todo el sistema de leds y, a su vez, donde más práctica puede ser su personalización.

Antes de contaros nuestras impresiones sobre el Razer BlackWidow Chroma, aquí un repaso a sus principales características:

  • Contactos Razer con fuerza de accionamiento de 50 g
  • Vida útil: 60 millones de pulsaciones
  • Retroiluminación personalizable Chroma con 16,8 millones de opciones de color
  • Preparado para Razer Synapse
  • Combinaciones de 10 teclas con protección contra interferencias («anti-ghosting»)
  • Teclas totalmente programables con grabación simultánea de macros
  • 5 teclas macro adicionales dedicadas
  • Opción de modo juego
  • Conectores de salida de audio/entrada de micro
  • Con puertos USB adicionales
  • Ultrapolling de 1000 Hz
  • Cable de fibra trenzada
  • Tamaño aproximado: 475 mm / 18,72” (Ancho) x 171 mm / 6,74” (Alto) x 39 mm / 1,54” (Profundidad)
  • Peso aproximado: 1500 g / 3.31 lb

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El diseño no muestra variación alguna con respecto ya no solo al Blackwidow Ultimate 2014, si no al de 2013 o variantes que han salido últimamente como la edición Counter Logic Gaming o la de Battlefield 4, salvo, lógicamente, el cambio de colores en cada uno de ellos y la variante Chroma de la versión que nos ocupa, de cuya particularidad hablaremos un poco más adelante.

El teclado muestra un aspecto robusto, rezumando calidad cada uno de sus componentes desde que lo sacas de la caja. Cuando pagas lo que pagas por un teclado de este nivel ya no solo agradeces, casi exiges ciertos detalles que obvias en otras soluciones más económicas, y Razer ahí no defrauda con una de sus joyas de la corona.

Es pesado, bastante, pero teniendo en cuenta que por su tamaño y composición está pensado para usarlo con un ordenador de escritorio fijo, eso no es que no sea un problema, es casi una ventaja si volvemos al punto anterior, la sensación de robustez que transmite.

Como podéis ver en las fotos, estamos ante un teclado completo, en el que además de todas las teclas habituales más el numérico en el lateral derecho tiene las de función en la parte superior y 5 extras para macros en extremo izquierdo. No, por teclas no será.

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Es un teclado mecánico

Es un teclado mecánico, esto es, cada tecla tiene su mecanismo independiente, al contrario que los más actuales de membrana, que caen todos sobre la misma placa. La principal característica de los teclados mecánicos es la rapidez de pulsación, su fiabilidad, su durabilidad y un tacto y sonidos característicos que a algunas personas, entre las que me incluyo, nos ayudan a centrarnos en la escritura cuando estamos con un texto largo de por medio.

En marzo de este año Razer anunciaba sus nuevos interruptores mecánicos. Con una distancia de activación de un milímetro consiguieron reducir la distancia entre el comienzo y el punto de “reset” a la mitad,  lo que genera acciones más precisas a mayor velocidad en comparación con los teclados mecánicos actuales.

Estos nuevos interruptores Razer vienen en dos formatos. Por un lado el interruptor Razer Verde, que es sonoro y requiere una fuerza de 50g para activarse. Por otro, el Razer Naranja, que es más silencioso y necesita de una fuerza de 45g para funcionar.

Hicieron su estreno con el Blackwidow Ultimate (edición 2014), y lógicamente son los que incorporan el Blackwidow Chroma. También está disponible para cualquier fabricante de terceros que quiera equipar a sus teclados con ellos.

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Elegir uno u otro depende más de gustos personales que de otra cosa. Nosotros hemos probado los normales, los de color verde. Los naranjas, que podemos diferenciar porque llevan la coletilla «stealth» en los teclados Razer que los usan, son algo menos sonoros, pero siguen haciendo ruido, ojo, y requieren de algo menos de presión para que la pulsación tenga efecto. Lo ideal es que cada uno pruebe ambos tipos y se decida por uno u otro.

El tacto, en cualquier caso, es una gozada. Si venimos de un teclado normal de membrana el cambio es notable. Quizás de primeras nos resulte demasiado extraño o incluso a alguno le tire para atrás, pero a poco que le das unos días no quieres volver atrás. El paso a un teclado mecánico, en la inmensa mayoría de los casos que conozco, es un viaje solo de ida.

Blackwidow

Razer ha elegido seguir una linea bastante continuísta a lo largo de estos años con una de sus joyas de la corona. Como decíamos más arriba, este Chroma, apagado y a simple vista, es el mismo que la edición Ultimate 2014 o que la 2013 (de la que ya os hablamos en su día), salvo por nuevos interruptores mecánicos creados por ellos o por las posibilidades de personalización que nos brinda el combo de leds y software.

Hay juegos que requieren de nosotros una serie de pulsaciones más complejas que otras, o acciones que, aunque sean simples, por repetitivas hacen que nos resulten pesadas hacerlas una y otra vez. Para eso existen las «macros», que viene a ser la posibilidad de crear una combinación de teclas y asignar ese «combo» a la pulsación de una sola, lo que nos aporta rapidez y comodidad a partes iguales, algo clave a la hora de marcar la diferencia en juegos multijugador.

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Todos los macros, así como cualquier otro aspecto de la personalización del teclado, se gestiona a través de la aplicación Razer Synapse, disponible para Windows y Mac, permitiéndonos configurar todos los parámetros posibles del periférico a nuestro gusto y necesidades puntuales. De hecho, si los macros se nos quedan cortos podemos crear diferentes perfiles para un mismo teclado. Es decir, podríamos crear un perfil con una configuración «para jugar» y otra «para escribir o normal», o incluso, si vamos más allá, crear diferentes perfiles para cada juego.

Además incluye en el lateral derecho un puerto USB, así como las entradas para auriculares y micro, por lo que podremos conectar ahí cualquier tipo de periférico que utilice algunas de estas entradas y ahorrarnos el engorro de tener que conectarlos al ordenador, si es que son de «quita y pon».

Chroma

La diferencia del Blackwidow Chroma con respecto a la edición Ultimate es que en vez de tener solo el led verde como retroiluminación en las teclas, tenemos una gama de colores prácticamente infinita (16,8 millones de posibilidades), que nos permitirá además no solo cambiar la luz normal fija del teclado, sino que tendremos a nuestra disposición una serie de efectos que en algunos casos será un mero cambio estético, pero que en otros puede resultarnos útil a la hora de crear nuestras configuraciones para juegos, programación o cualquier otra actividad para la que lo usemos.

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Como podéis ver en la imagen superior, desde Synapse podemos modificar tanto el brillo de la luz, tanto como el color de esta así como como el efecto que queremos que haga con ella.

Tenemos varios donde elegir:

  • Ciclos de colores: Cambia de forma lenta el color, pasando por todo el conjunto de colores disponibles.
  • Respiración: Elegimos dos colores, y va mostrando cada uno de ellos cada 7 segundos con un efecto de transición que simula al de respiración.
  • Estático: El más simple, solo cambiamos el verde habitual de Razer por cualquiera a elegir entre los 16.8 millones entre los que podremos escoger.
  • Custom: Es en el que podemos elegir un color diferente para cada una de las teclas. Las posibilidades y usos son ilimitados.
  • Plantillas preparadas y personalizadas: La opción anterior da pie a que podamos cargar cualquier plantilla previamente personalizada para según el tipo de juego al que vayamos a meterle mano.
  • Reactivo: Se encienden las luces según las vamos pulsando. Podemos elegir el color y el tiempo que permanecerán las teclas encendidas según las vayamos pulsando, a modo de rastro.
  • Wave: El más espectacular, nos muestra todos los colores dentro de una especie de  ola arcoiris. Eso si, quizás también el menos práctico si para según que acciones tenemos que mirar el teclado.

 

 

 Conclusiones

Con esta edición Chroma Razer ha ido un paso más allá con uno de los mejores teclados del mercado, el Blackwidow. Las posibilidades de personalización que brinda Chroma en cuanto a los efectos de luz hace que no solo el producto luzca mejor, también es posible que le saquemos más partido del habitual si las necesidades puntuales lo permiten y estamos acertados con el uso de los diferentes efectos.

He estado usando varios meses el Blackwidow Ultimate 2014, he usado durante un mes el Blackwidow TournamentEdition y ahora me he tirado unas semanas con esta versión Chroma. En todos estos años he usado muchos, muchos teclados (también ratones). Paso muchas horas delante del ordenador escribiendo, por lo que la elección en cuanto a que teclado usar siempre ha sido una de mis prioridades a la hora de un eventual cambio. Como decía más arriba, el viaje hacia el uso de los teclados mecánicos en la mayoría de los casos es solo de ida. En el mío así fue.

Hasta ahora, dentro de este tipo, mi elección sigue siendo el Blackwidow, porque se adapta perfectamente a cualquier tipo de uso en cada momento, con un diseño y un acabado muy por encima de la media, y un software de personalización que me permite adaptar el periférico a mis gustos y necesidades, y no al revés, que es lo que he encontrado en la mayoría de las alternativas que he probado.

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¿Recomiendo su compra? Claro, siempre y cuando hagamos un uso intensivo del ordenador, ya sea para escribir o para jugar. Es caro, si. El Chroma está por 169,99€, el Ultimate 2014 por 129,99€ y el Tournament Edition por 79,99€ (todo esto en su web oficial, claro, en otras webs como Amazon podemos encontrarlos algo más baratos, aunque no mucho más).

Hay que tener en cuenta que es un producto que nos va a durar muchos años si hacemos un buen uso de él, por lo que si nuestra relación con el ordenador es relativamente intensiva, ya sea para ocio o trabajo, invertir en algo de calidad para hacernos que dicha actividad sea más productiva y confortable nunca está de más.

Eso si, para el que tenga un Blackwidow Ultimate 2014  no veo razones de ningún tipo para cambiar ese por el Chroma, a no ser que el tema de las luces sea algo crucial para él. Si es una opción a tener en cuenta para los que vayan a comprar un Blackwidow por primera vez, aunque los 40€ de diferencia por el sistema de personalización de los leds retroiluminados pueden hacer inclinar la balanza ya de primeras. Pero hay que mirar más allá y ver si le podríamos sacar partido a esa característica o no, sea ahora o en un futuro.

En definitiva, si queremos un buen teclado y tenemos el dinero para pagarlo, los Blackwidow son una de las opciones más a tener en cuenta por los motivos que hemos esgrimido un poco más arriba. La elección del modelo ya dependerá más del uso de cada uno, pero de lo que no hay duda es que si nos decidimos por alguno de ellos, difícilmente nos arrepentiremos, porque el BlackWidow es exactamente como se vende, un teclado para los más exigentes.