Aunque lo podíamos considerar un muerto en vida desde hace tiempo, Microsoft ya le habría dado la estacada final a Kinect, el sensor gestual que estrenó con Xbox 360 y evolucionó con Xbox One.

Estreno exitoso con Xbox 360 aprovechando el rebufo de Wii

Los de Redmond lanzaron Kinect como accesorio para Xbox 360 en noviembre de 2010 después del éxito cosechado por Wii, movimiento que también hizo Sony con «Playstation Move».

Fue un éxito de ventas, convirtiéndose en el dispositivo de consumo que más rápido se vendió en 2011, ganándose con ello la entrada en el libro Guinness de los records.

A nivel de usuario, en cuanto a juegos, la cosa se acabó estancando demasiado rápido, ya que ni la cantidad ni la calidad de estos eran atractivos ni el sensor era lo suficientemente efectivo como para experiencias más trabajadas, aunque en otros entornos y gracias a su compatibilidad con PC ha tenido bastante vida.

En Xbox One no funcionó ni por la fuerza

Eso no quitó que Microsoft creyese que era una buena idea no solo sacar una versión actualizada para Xbox One, sino incluirlo de forma obligatoria junto a la consola, ecareciéndola 100€ más frente a PS4, uno de los motivos por los que empezó a remolque esta generación.

De esto se arrepintieron meses más tarde, ya con Phil Spencer al frente de la división Xbox, cuando en junio de 2014 empezaron a vender la consola a 399€ sin Kinect. Ya era demasiado tarde para muchos, aunque empezaron a remontar algo en ventas con respecto a meses anteriores.

En Xbox One el periférico ha ido perdiendo peso a pasos agigantados, ya no solo con la ausencia de títulos que le sacasen partido, sino incluso por la retirada de compatibilidad gestual con el dashboard de la consola, por lo que hoy por hoy sus usuarios solo lo usaban para interactuar por voz vía Kortana, reconocimiento facial y videoconferencias a través de Skype, poco más.

Adiós, 35 millones de unidades vendidas después

Desde su lanzamiento en 2010, y contando con las versiones para Xbox 360, Xbox One y PC, Kinect ha vendido 35 millones de unidades en todo el mundo.

Hoy hemos sabido a través de una entrevista aAlex Kipman, creador de Kinect, y Matthew Lapsen, GM de la división de Marketing para dispositivos Xbox en Co.Design, que Microsoft ha dejado de fabricar Kinect.

Eso si, el núcleo del dispositivo seguirá con vida, ya que la última generación de su sensor está presente en Hololens, el headset de realidad aumentada de los de Redmond.

La mayoría de los ingenieros y desarrolladores de Kinect ahora están distribuidos en equipos centrados en Hololens, el asistente Cortana, Windows Hello o la interface contextual GGV en la que están trabajando.

También vemos mucha de la tecnología de Kinect en productos actuales como el iPhone X, ya que recordemos que Apple compró PrimeSense en 2013, compañía israelí que estuvo muy involucrada en la creación del Kinect original.

Vía Co.Design.