Las notas de Dune: Awakening en las reviews de la prensa

Dune: Awakening no es simplemente otro juego de supervivencia en mundo abierto. Es una inmersión total en el universo de ciencia ficción de Frank Herbert, en una versión alternativa y profundamente intrigante de Arrakis, el planeta más peligroso del universo. Funcom nos propone algo mucho más ambicioso: un MMO de supervivencia con política, intriga, narrativa cinematográfica y un mundo persistente lleno de jugadores.

En esta realidad alternativa, los Fremen han desaparecido, Paul Atreides jamás nació y la dama Jessica siguió al pie de la letra las órdenes de las Bene Gesserit, dando a luz a una hija. El duque Leto sigue con vida y lucha con uñas y dientes contra los Harkonnen por el control de la especia. Y ahí es donde entramos nosotros: llegamos como prisioneros, sin nombre ni poder, lanzados a las arenas de Arrakis para resolver el misterio de los fremen… y forjar nuestro destino.

El juego nos lanza a un entorno implacable, donde sobrevivir requiere aprender a vivir como los fremen: buscar sombra, fabricar destiltrajes, recolectar agua (a veces de los propios enemigos), construir refugios frente a las tormentas y temer —con razón— a los gusanos de arena.

El mundo abierto de Dune: Awakening es enorme, cambiante y bello. Con ornitópteros, cinturones de suspensores y la libertad de escalar y planear, recorreremos desde centros sociales como Arrakeen o la aldea Harko hasta los desiertos profundos moldeados por tormentas de coriolis que alteran el terreno semana a semana. Siempre habrá algo nuevo por descubrir… o por temer.

El combate combina cuerpo a cuerpo, tecnología, habilidades especiales y vehículos. Podemos especializarnos en distintas Escuelas Imperiales como soldados, mentats, Bene Gesserit, maestros de armas o planetólogos. Cada enfoque ofrece estilos únicos y herramientas diferentes, desde cuchillos crys hasta manipulaciones mentales.

La especia, como no podía ser de otra forma, es clave: nos da poder, desbloquea habilidades y se convierte en una moneda de cambio valiosísima.

La personalización del personaje es profunda, tanto estética como funcionalmente. Podemos crear equipo, construir desde un simple refugio hasta fortalezas y vender nuestros planos o recursos en el sistema de trueque del servidor. En Dune: Awakening, la ambición también se construye.

Este MMO permite tanto el juego en solitario como la cooperación y el conflicto con cientos de jugadores. Podemos unirnos a gremios, seguir a los Atreides o los Harkonnen, escalar posiciones en el Landsraad y participar (o no) en enfrentamientos PvP masivos. Aquí, la política y la fabricación son tan poderosas como las armas.

Como jugadores, tenemos la posibilidad de cambiar el rumbo del servidor. Las decisiones del Landsraad, los combates por las explosiones de especia, los pactos entre casas y gremios… todo cuenta. Y todo deja huella.