A finales de 2006 Epic Games lanzaba Gears of War, su primer shooter en tercera persona, tras dejar atrás al género de los disparos en primera persona con su laureado Unreal.

El juego se publicó para Xbox 360 un año después del lanzamiento de esta, y además de ser uno de los primeros grandes juegos de la generación pasada, sino el primero, rápidamente se convirtió en una de las franquicias bandera de la segunda consola de Microsoft.

A la espectacularidad gráfica del título, potenciado por el motor Unreal Engine 3, propiedad de Epic Games, se le unía unas mecánicas de juego tan simples como efectivas, y un control de los personajes que ayudaban a que cualquiera se hiciese con ellos a poco que echasen unas cuantas partidas.

A esta primera entrega le siguieron 3 más, todas ellas para Xbox 360. Gears of War 2, lanzado en 2008, Gears of War 3, que se puso a la venta en 2011 y Gears of War: Judgment, lanzado en 2013.

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A principios del año pasado Microsoft anunciaba la compra de los derechos de la franquicia a Epic Games y fundaba un nuevo estudio, The Coalition, que se encargaría de los futuros juegos desarrollados en torno a ella, en un movimiento parecido al que hizo años antes con Halo con 343 Industries.

Obviamente todos esperábamos una nueva entrega de la saga, la primera para Xbox One, y así se anunció en la conferencia de los de Redmond del pasado E3 2015. Gears of War 4 llegará a finales de 2016.

Pero además de este nuevo título, tenían buenas noticias para los que 2016 les queda muy lejos todavía y necesitan saciar su sed de Locusts cuanto antes. Anunciaron Gears of War: Ultimate Edition, una remasterización del juego original de Xbox 360, para Xbox One. Y este si, con un lanzamiento cercano. Tanto, que ya lo tenemos encima, el próximo viernes 28 de agosto.

¿Que hay de nuevo, viejo?

Esta versión incluye gráficos en 1080p con una mejora tanto en el número como en la calidad de las texturas, en la iluminación o en el detalle del entorno, la cinemáticas rehechas con esta calidad, un mejor emplazamiento de los checkpoints, un nivel de dificultad adicional (Casual), además de ir a 60 frames por segundo en el modo multijugador. En la campaña sigue yendo a 30fps, igual que el original. Volveremos luego a esto.

Al modo campaña original se le suman en esta Ultimate Edition las cinco misiones extras que tuvo en su día la versión de PC publicada un año después.

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El multijugador cuenta con los mapas base, los publicados posteriormente vía DLC y los exclusivos de la versión de PC, sumando un total de 19, que no está nada mal. El número se redondea a 20 con un mapa exclusivo para el nuevo modo 2×2, Boxes.

Al contrario que el original, algo que lastró mucho su experiencia multijugador, esta versión cuenta con servidores dedicados, por lo que enfrentarnos con gente de todo el mundo ahora no dependerá de quien sea el anfitrión de la partida y la calidad de su conexión. También cuenta con soporte para juego en red local.

Los controles también han sido retocados para esta versión de Xbox One, aunque lo justo para aprovechar algunas de las mejoras del pad, la esencia es la misma. Por ejemplo, la aceleración de la pulsación, la asistencia a la hora de apuntar o la retroalimentación háptica.

También se han rescatado algunos detallitos de Gears of War 3, como por ejemplo la habilidad de reanimar a compañeros mientras estamos en una cobertura, la posibilidad de cambiar de arma mientras que estamos esprintando o un nuevo esquema de controles, el «modo torneo», entre otras cosas.

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Qué es Gears of War: Ultimate Edition

Como decíamos al principio y ya sabrán la inmensa mayoría de los que estén leyendo esto, Gears of War es un shooter en tercera persona que se ganó el respeto de crítica y público hace casi diez años gracias a unos gráficos espectaculares para la época y una jugabilidad accesible, unidos a la posibilidad de jugar el completo modo campaña en cooperativo y un multijugador competitivo bastante atractivo con numerosos mapas y modos de juego.

Una pesadilla desde abajo. Un héroe desde dentro. El planeta está en ruinas: las ciudades se desmoronan, las mayores obras del hombre se derrumban y la humanidad no tiene adonde ir. Los Locust se han alzado y no dejarán de llegar. Ni de matar.

La Coalición busca soldados, pero solo quedan enfermos, heridos y prisioneros. Marcus Fenix, antiguo recluso, se ocupa de mantener viva a la humanidad. Pero la raza humana aún no se ha extinguido.

Gráficamente esta Ultimate Edition luce bastante bien, teniendo en cuenta, eso si, que ya la original lucía espectacular por entonces, y teniendo en cuenta que estamos hablando de una remasterización y no de un remake, cumple más que sobradamente en este aspecto.

El punto negativo en este aspecto está en el hecho de que la campaña vaya a 30 frames por segundo en vez de a 60fps, como si va el modo multijugador. La diferencia es evidente cuando se da el salto de un modo a otro, y aunque lógicamente también se disfruta a 30fps, que es como iba el original, los 60fps en una remasterización de un juego de la generación anterior debería haber sido innegociable.

Jugablemente, aunque hay pequeños retoques, como apuntábamos más arriba, el juego se siente exactamente igual que hace 9 años. Al principio nos costará volver a ese cambio de armas con la cruceta, ese recargar con el RB (y la recarga activa!) o esa forma de tirar las granadas, entre otras cosas, pero en 10 minutos, si ya lo jugamos en su día, nos volveremos a sentir como en casa.

Gráficos a parte, en la forma de controlar al personaje y sus mecánicas está la clave del éxito de la franquicia. No estamos ante un juego veloz, ni mucho menos. El movimiento de los protagonistas va acorde con su voluptuosa musculatura, dejando todo el peso de la responsabilidad para nuestro éxito o fracaso en lo bien o mal que nos manejemos con las armas.

Para evitar los ataques enemigos tenemos las coberturas, ya sea a través de paredes como de cualquier objeto que nos encontremos por el entorno, y desde las cuales podremos disparar sin perder la posición, ya sea asomándonos o sin apuntar, solo sacando el arma, o bien usando un salto evasivo que nos puede sacar del apuro en los mano a mano o ante un ataque que se nos echa encima, aunque sea a distancia.

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La campaña

Lógicamente no se juega igual a la campaña que al multijugador. En el primer caso todo se reduce a avanzar, cubrirse, disparar, seguir avanzando, y vuelta a empezar. Seguimos un camino claramente marcado por varios tipos de escenarios a través de las casi 40 misiones divididas en cinco capítulos, pero esta aparente simpleza, lejos de hacerse monótona, se disfruta porque lo que propone, lo ejecuta a la perfección.

Esto es, tiros, tiros y más tiros, sin descanso, frente a diferentes tipos de enemigos, a los que hay que encarar cada uno a su manera, y con varios tipos de armas a nuestra disposición, algunas de corto alcance, otras de medio y largo alcance.

Lejos de la locura de la personalización de armas de muchos juegos de hoy en día, aquí las armas son las que son y no hay más vueltas de hoja, las mismas para todos. Podemos llevar 3 encima, una de ellas obligatoriamente una pistola, mientras que las otras dos si que pueden ser de nuestra elección. La cuarta arma en discordia son las granadas, cuya utilidad es crítica tanto en la campaña como en el multijugador.

En la campaña se tira mucho del Lancer, que es el arma principal del juego, podríamos decir que incluso icónica, ya que tiene la particularidad de, además de dar tiros con ella, poder serrar a los enemigos gracias a las cuchillas que incorpora. Nadie se cansa de serrar con el Lancer, aunque hay que tener cuidado de confiarnos en su uso porque como nos corten con un disparo en el momento de ir a serrar nos dejan vendidos.

La duración de la campaña es la habitual en este tipo de juegos 8-12 horas, dependiendo del nivel de dificultad en el que lo juguemos. Yo recomiendo encarecidamente no jugarlo en normal, sino pasar a Elevada directamente si lo vamos a jugar solo (ya le daremos una segunda pasada en Locura, que seguro que apetece tarde o temprano) o hacerlo en Locura de primeras si lo vamos a hacer en cooperativo.

Es un juego que se disfruta mucho jugándolo con otra persona, ya sea a pantalla partida o vía online a través de Xbox Live, porque cada uno puede tener su tarea en cada refriega. Hacer de cebo para los Locust mientras el otro los flanquea, distraer al francotirador de turno mientras el nuestro se prepara para darle de su propia medicina o reanimarnos si hemos caído durante la batalla. Si lo jugamos en Locura, no será el típico paseo donde los dos jugadores se pasan todo el juego corriendo para matar él a los enemigos antes de que lo haga el otro, habrá que jugar en equipo y agradecer que tenemos ahí a un compañero haciendo su trabajo.

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El multijugador

Aunque yo soy de los fieles defensores de los modos campaña de los shooters, al final donde se le acaba echando más horas a un título de este tipo hoy día es en el multijugador. Si está bien montado, claro.

Y Gears of War lo está. Ya en su versión original llevó la simpleza echa virtud que caracteriza a su campaña a los combates entre equipos de usuarios, cuatro por cada lado, y aunque le lastró el tema de los servidores dedicados, eso no le impidió ser de los juegos más jugados de su época.

Variedad de mapas, la mayoría de ellos simétricos y con zonas enfocadas al uso de un tipo de arma determinada. Esto es, zonas altas y/o alejadas pero con el terreno despejado para usar armas de largo alcance como el rifle de francotirador o el arco, y otros entornos más cerrados, ideal para la reina de la fiesta, la escopeta.

Porque aunque tenemos varias armas para elegir, la escopeta no suele faltar entre las dos principales que podemos llevar, porque en los cuerpo a cuerpo, que es donde se deciden muchos de los combates, no hay arma igual, por lo menos de las que podemos elegir de partida, claro. Saber usar la escopeta te convierte, automáticamente, en un jugador a tener en cuenta en el multijugador.

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Ante la variedad de mapas y modos de juego, además de la puntería tenemos que afinar otra cosa, y esta en equipo, y es la estrategia. En partidas con tan pocos efectivos, cuatro por bando, el papel que juegue cada uno de sus componentes es de vital importancia para el resto, ya sea por cubrir una zona en concreto, ir a por una de las armas que hay por el mapa para que no la coja el enemigo o cubrirnos las espaldas, por ejemplo. Un equipo bien compenetrado vale mucho más en el GoW que cuatro que jueguen muy bien, pero a su bola.

Si ya dijimos más arriba que tenemos un total de 20 mapas a nuestra disposición, en cuanto a modos de juego la cosa tampoco se queda atrás: Duelo por equipos, Ejecución, El Rey de la Colina, Zona de Guerra, Ataque Relámpago, Anexo, Asesinato y un nuevo modo 2vs2, Ejecución Gnasher, diseñado por la comunidad.

Los 60 frames por segundo le sientan como anillo al dedo, y es una auténtica delicia jugar con esa suavidad de movimientos.

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Desgraciadamente, en esta versión final que hemos utilizado para la review, nos ha sido imposible probar debidamente el funcionamiento del modo online, por lo que actualizaremos el artículo dentro de unos días cuando haya más gente jugando y podamos valorarlo bajo circunstancias normales.

Pero si nos guiamos a como funcionó la beta que Microsoft puso a disposición de los usuarios a mediados de junio, podemos estar tranquilos porque en general, todo funcionaba correctamente y, aunque en el intercambio de escopetazos el que pierda siempre dirá aquello de «que falso, yo le di antes» y cosas así, lo cierto es que ahora si, todo depende de nuestra habilidad, tanto en lo que respecta al manejo del pad y el control del personaje como en la capacidad de elección a la hora de tirar por un camino u otro, por qué arma optar, para decidir si salir antes o después de una cobertura o decidir con algún compañero la búsqueda del siempre ventajoso dos contra uno frente a un enemigo.

Esa leyenda del «que falso, yo le di antes» y sus sucedáneos también es alimentada por el hecho de que no tenemos barra de vida, ni gráfica ni numérica, que sepamos exactamente cuanta vida nos queda a nosotros o a nuestro enemigo, cuanto le ha quitado ese disparo y demás. Nuestra pantalla se va enrojeciendo de sangre en función de lo herido que estamos. Cuando esto ocurre tenemos dos opciones, o bien nos retiramos y cubrimos para recuperar la salud, o bien vamos de perdidos al río y nos la jugamos contra el enemigo de turno para intentar matarlo antes de que él se nos adelante.

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Generalmente son partidas bastante emocionantes, dado el bajo número de jugadores por equipo, dándose en muchas ocasiones bonitos duelos de 2vs2 o 1vs1 al final de una ronda, con todo por decidir, o bien el presenciar un acto heroico de como un compañero acaba con varios enemigos cuando solo él quedaba en pie.

Conclusiones

Gears of War: Ultimate Edition es la oportunidad perfecta para volver a disfrutar de uno de los juegos que marcaron la pasada generación, tanto por la campaña como por su adictivo multijugador, esta vez si, con servidores dedicados.

Quizás habría quedado un pack redondo con por lo menos la segunda y tercera entrega también remasterizadas, el estilo de lo hecho con Halo: The Master Chief Collection, pero Microsoft ha querido contentar a los usuarios que se han quedado con las ganas de esto anunciando que todo aquel que se compre esta edición tendrá acceso vía retrocompatibilidad a las versiones digitales de los cuatro títulos originales de la saga para Xbox 360, sin ningún coste adicional. No es lo mismo, pero hace el apaño.

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Este punto y la ausencia de los 60 frames por segundo en la campaña son los dos únicos puntos débiles de un juego que debería de ser compra obligada para los amantes de los juegos de acción, ya sea para volver a disfrutar de él como para descubrirlo por primera vez.

Teniendo en cuenta que este Gears of War: Ultimate Edition sale con un PVP de 39,99€, tener cuatro juegos de este calibre a ese precio es, como poco, bastante tentador. Si a esto se le suma el asegurarnos la presencia en la beta del multijugador de Gears of War 4 en 2016, queda poco margen para la duda.

Una oportunidad única de tener a mano una de las mejores sagas de los últimos diez años, referente para muchos otros juegos que vinieron después dentro del género y que a día de hoy sigue manteniendo fresco todo lo que lo hizo divertido en su día. La mejor forma para irnos preparando para lo que nos espera el año que viene.

El género de los shooters en tercera persona no se entiende sin Gears of War, y esta remasterización se encarga de recordarnos por qué.

Gears of War: Ultimate Edition se lanzará el 28 de agosto exclusivamente en Xbox One (más adelante saldrá también para PC). Ya se puede reservar por 34,95€. El pack de consola + juego, recordemos, está por 369,99€.