Fujifilm amplía su gama X con la nueva X-T30 III, una sin espejo de formato APS-C que mantiene el encanto clásico y el cuerpo ligero de la serie, pero estrena cerebro y controles pensados para disfrutar más de la fotografía.
A nivel de diseño, seguimos con el estilo “viewfinder” centrado y dimensiones calcadas a la X-T30 II (118,4 × 82,8 × 46,8 mm) en un peso muy comedido de 378 g con batería y tarjeta.
Bajo esa carcasa, el salto está en el X-Processor 5, que duplica la velocidad de proceso respecto al modelo anterior y trabaja con el conocido sensor X-Trans CMOS 4 de 26,1 MP retroiluminado para entregar el color y el detalle por los que la serie X es tan reconocida.
El enfoque también pega un repaso importante. Además del AF de cara y ojo, el nuevo sistema de detección de sujetos reconoce animales, aves, coches, motos y bicis, aviones, trenes e incluso drones e insectos (estos dos últimos mapeados a “avión” y “pájaro”). En la práctica, podemos centrarnos en el encuadre y el momento mientras la cámara clava el foco con mucha más seguridad.
Otra novedad muy golosa es el dial de Film Simulation en la parte superior izquierda, heredado de modelos como la X-T50 o la X-M5. Permite alternar de forma directa entre 20 perfiles (incluidos REALA ACE y Nostalgic Neg.) y guardar hasta tres recetas personalizadas en FS1, FS2 y FS3. Si solemos alternar entre un blanco y negro contrastado, una paleta clásica y un look más nostálgico, ahora el cambio es cuestión de un giro.
En vídeo, la X-T30 III se pone seria: graba internamente a 6.2K/30p 4:2:2 10-bit en tarjeta SD, ofrece 4K/60p y cámara lenta a 1080/240p. El estabilizador electrónico ayuda a suavizar tanto los microtemblores como pasos más marcados cuando grabamos a pulso. En el apartado de conexiones tenemos USB-C 10 Gbps y micro HDMI, además de Wi-Fi y Bluetooth 5.2.
La experiencia de uso mantiene lo que funcionaba. Seguimos con la palanca AUTO para quienes quieran apuntar y disparar sin complicarse y con el flash emergente integrado que ajusta automáticamente la potencia, útil para retratos en interiores o contraluces. La pantalla táctil inclinable de 1,62 M puntos facilita tomas a ras de suelo o por encima de la cabeza, y el EVF OLED de 2,36 M puntos (0,39”) ofrece cobertura del 100% y una visión limpia del encuadre. Todo ello con una autonomía de hasta 425 fotos en modo Economy (batería NP-W126S), suficiente para una jornada de callejeo.
Un guiño divertido para el flujo híbrido: la cámara se conecta directamente a las impresoras Fujifilm Link y permite imprimir sin app en instax mini, instax SQUARE e instax WIDE. Además, incorpora modos AUTO específicos (Retrato, Paisaje, Nocturna, Fuegos artificiales, etc.) y, cómo no, todas las herramientas creativas de la casa: granos, Color Chrome, perfiles ETERNA/Cinema, ACROS y compañía.
La Fujifilm X-T30 III se pondrá a la venta a partir del mes que viene y se ofrecerá en tres acabados: Silver, Black y Charcoal Silver. Más información en su web oficial.

