Electronic Arts, uno de los gigantes históricos de la industria del videojuego, acaba de anunciar un movimiento que sacude de arriba a abajo el sector: será adquirida y convertida en una empresa privada en un acuerdo valorado en 55.000 millones de dólares, «no muy lejos» de lo que pagó Microsoft por Activision.
La operación involucra a Silver Lake, el fondo soberano saudí Public Investment Fund (PIF) y Affinity Partners, la firma fundada y liderada por Jared Kushner, yerno de Donald Trump.
El acuerdo, ya aprobado por el consejo de administración de EA, está previsto que se cierre durante el primer trimestre fiscal de 2027, siempre sujeto a las autorizaciones regulatorias y al visto bueno de los accionistas.
De confirmarse, se trataría de una de las mayores compras de una empresa cotizada en la historia, y supondrá que EA deje de estar listada en los mercados públicos.
La financiación de la operación combina una inversión en capital de unos 36.000 millones de dólares procedentes de PIF, Silver Lake y Affinity Partners, junto con 20.000 millones en deuda comprometida por JPMorgan Chase (18.000 millones de los cuales se desembolsarán al cierre).
Cabe destacar que PIF ya era accionista relevante de Electronic Arts, con cerca del 10 % de la compañía, y mantiene inversiones en otros gigantes del sector como Nintendo, Capcom o Take-Two Interactive.
A pesar del cambio de manos, EA mantendrá su sede en Redwood City, California, y Andrew Wilson seguirá siendo su CEO.
El anuncio llega en un momento clave: una semana después del lanzamiento de EA Sports FC 26, a solo unos días del lanzamiento de Battlefield 6, previsto para el 10 de octubre, y tras unos meses turbulentos en los que la compañía despidió personal y canceló proyectos tan sonados como el nuevo Titanfall o el juego de Black Panther, además de reconocer que Dragon Age: The Veilguard no cumplió con las expectativas comerciales.

