Un poco de historia

5 de octubre de 2007, conmoción en la fuerza. Microsoft confirmaba el runrún que días atrás recorría medio internet: Bungie, que había dado forma a la franquicia clave par sus consolas Xbox, Halo, se desvinculaba de ellos y pasaba a ser un estudio independiente.

Eso, como hemos podido comprobar posteriormente, no supuso la muerte de la saga protagonizada por el Jefe Maestro, ya que esta es propiedad de los de Redmond y siguen explotándola a través de un estudio que crearon específicamente para ello, 343 Industries, aunque eso es otra historia de la que nos ocuparemos en otro momento.

A finales de abril de 2010 se anunciaba la asociación entre Bungie y Activision por la cual durante 10 años el estudio desarrollaría juegos que pasaría a distribuir la segunda, en un acuerdo que sorprendió por el hecho en si y por producirse poco después de que los principales responsables de Infinity Ward, desarrolladores de los Call of Duty: Modern Warfare, se fuesen por desavenencias con la distribuidora, fundado su propio estudio, Respawn Entertainment, cuyo primer título ha sido Titanfall.

Todos estos movimientos nos conducen al anuncio del juego que nos ocupa, Destiny, que se produce oficialmente el 17 de febrero del año pasado, aunque desde finales de noviembre sabemos de su existencia a través de una filtración.

El juego, después retrasarse unos meses, se puso a la venta oficialmente el pasado 9 de septiembre para Playstation 4, Xbox One, Playstation 3 y Xbox 360.

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¿Qué es Destiny?

Estamos en uno de esos casos en los que es complicado responder a esa pregunta con solo mencionar un género determinado, ya que toca varios palos, cada uno de ellos característicos de un tipo de juego determinado.

En primer lugar, lo que vemos nada más tener el control sobre el personaje, es un shooter en primera persona. También bebe de los MMO por aquello de que todo se desarrolla en un mundo persistente en el que nos cruzamos con otros usuarios a los que nos podemos unir en cualquier momento para unir nuestras fuerzas para cumplir determinados objetivos en un universo vivo en el que se producen diferentes eventos nuevos más allá de los que tenemos a nuestra disposición de inicio, ya sean parte de la historia principal o no.

También bebe mucho de Borderlands, que a su vez se inspiró claramente en Diablo para llevar al terreno de los shooters en primera persona el «looteo» como eje principal en torno al que gira el progreso del equipamiento de nuestro personaje, ya sea en lo que respecta al armamento como a la vestimenta, armadura y demás accesorios, teniendo no solo varios modelos de cada tipo, también diseños diferentes de cada uno de ellos con los que podremos dar nuestro toque personal a nuestro personaje.

Y, como no, de Halo. Los padres de una de las franquicias más icónicas de los videojuegos no pueden esconder sus raíces, sus gustos y sus habilidades a la hora de crear videojuegos, y, aunque el juego no puede estar más alejado de esa manida expresión de «ex un Halo con X» o «es un Halo con Y», si es cierto que tanto la ambientación futurista como su jugabilidad nos harán recordar, para bien, quienes están detrás de él.

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Vivir juntos, morir solos

Destiny es un juego claramente enfocado a jugarlo en cooperativo. Si, lo que es el modo historia y la mayoría de eventos opcionales se pueden hacer jugando solo, pero habrá niveles o situaciones puntuales en las que si agradeceremos formar parte de una escuadra para no hacer interminable su finalización, lo que repercute no solo en el tiempo, si no en la diversión.

Y es que, si, es un juego que se disfruta mucho más en compañía, más allá de lo que nos facilite la tarea. Dependiendo de la misión podremos ir hasta 3 o 6 personas en la misma escuadra, aunque ya solo aunque sea yendo con un compañero cambia todo enormemente.

Como decíamos más arriba, habrá veces que incluso cuando vayamos en plan lobo solitario podremos elegir unirnos a otros usuarios y ayudarles a cumplir su objetivo o apoyarnos en ellos para cumplir el nuestro, pero si nos metemos solos en esa misión, empezarla la empezaremos solos. En los asaltos, que vienen a ser una serie listas de reproducción de misiones aleatorias que ya jugamos previamente siguiendo el hilo narrativo principal, si que nos buscará compañeros para nuestra escuadra sin es que no somos 3.

Una pega aquí es que esto último no se haga también en los eventos diarios, semanales y demás especiales, o por lo menos dejarlo como una opción más, ya que hay veces que son prácticamente imposibles hacerlas solos y, o da la casualidad que nos cruzamos con otros usuarios que van a lo mismo o, simplemente, no podemos hacerlas, como es el caso de una disponible actualmente, La Cámara de Cristal. Y es una pega no por el hecho en si, ya que no es ni el primer ni el último juego que hay partes del mismo que solo se pueden jugar en grupo, sino porque en otros modos si usan un sistema que te busca a otros compañeros en tu misma situación, y os coloca en la misma patrulla.

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Quienes somos, donde estamos

La historia nos sitúa en un futuro en el que la humanidad, tras intentar expandirse por el universo gracias a El Viajero, vive una de sus épocas más difíciles tras el retorno de una oscuridad que ha ido avanzando impasible planeta por planeta, relegándonos a estar recluidos en la última ciudad que sigue en pie en la Tierra, en la antigua Rusia.

Nuestro papel aquí será el de Guardián. Pero que no nos engañe el nombre, no solo estamos aquí para proteger lo poco que nos queda, sino también para recuperar lo que una vez fue nuestro y acabar con quien nos lo arrebató de mala manera.

Lo primero que haremos tras ver la intro es tomar una elección que nos marcará durante todo el juego, elegir la clase de nuestro guardián. Podemos elegir entre tres, cada una con puntos fuertes y habilidades especiales que harán sean adecuadas o no dependiendo de como nos guste jugar a este tipo de juegos, si yendo más al choque a pecho descubierto o marcando las distancias.

  • Titanes: Están equipados con unos puños centelleantes que los hacen casi invencibles en el cuerpo a cuerpo, sobre todo cuando hacen uso de sus poderes especiales. Además, cuentan con armadura y escudos prácticamente indestructibles. Se definen como poderosos, blindados y disciplinados.
  • Cazadores: Su fragilidad en el cuerpo a cuerpo la suplen con rapidez con el gatillo y su habilidad con el cuchillo, tanto a corta como a media distancia. Además, es bastante ágil a la hora de moverse. Sus principales virtudes son su adaptabilidad, su instinto y su agilidad.
  • Hechiceros: Han conseguido canalizar la luz del viajero, permitiéndoles crear poderosos ataques. Los podríamos definir como arcanos, regenerativos y estratégicos.

Una vez tomada esta decisión, toca la personalización del personaje, esta si solo con fines estéticos. Eso si, no podremos volver a editar los aspectos que escojamos aquí, por lo que más vale darle alguna vuelta al asunto por si después nos arrepentimos. Lo primero será elegir raza, entre humanos, exos e insomnes, y a partir de aquí crear nuestro personaje según varios parámetros: sexo, rostro (color de piel, de labios y ojos), cabello (forma y color) y una serie de marcas que podremos incorporar a nuestro rostro.

Y ahora si, estamos listos para lanzarnos a la aventura, que empezaremos desorientados y desubicados, despertados por un minirobot, un espectro, que nos acompañará a lo largo de todo el juego a modo de guía.

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Que hacemos aquí

Al principio, dejarnos llevar. Ni nuestro personaje ni nosotros sabemos donde estamos, por lo que confiamos en el espectro y seguimos sus indicaciones para, por lo pronto, salir airoso de los enemigos que nos pisan los talones y llegar a La Torre, hogar de los guardianes, un sitio que visitaremos de aquí en adelante muy a menudo.

Y es que es en La Torre donde nos irán mandando las misiones, tanto principales como en forma de contratos, de los que hablaremos más adelante, y donde podremos hacer evolucionar a nuestro personaje gracias a la venta, intercambio o compra de todo tipo de objetos, desde las armaduras de las diferentes partes de nuestro cuerpo hasta las armas, pasando por otros accesorios meramente decorativos como son la nave que nos transporta de un planeta a otro o el «colibrí» con el que nos desplazamos por ellos más rápidamente, entre otras cosas.

Pero la acción en si se desarrollará en diferentes puntos de La Tierra, La Luna, Venus y Marte. Cada uno de estos lugares contará con sus misiones del modo historia, que podremos repetir cuantas veces queramos, aunque lógicamente solo la primera de ellas nos otorgará la recompensa estipulada por hacerlo, además de una zona de patrulla a la cual podremos ir y realizar pequeñas «trabajos» (matar un número de enemigos determinado, explorar una zona concreta o obtener algunos recursos. De cuando en cuando Bungie creará en alguno de ellos una zona especial,solo disponible por un tiempo determinado, como es el caso de la mencionada anteriormente Cámara de Cristal.

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Armados hasta los dientes

En cuanto a la armadura, está compuesta por un casco, guanteletes, armadura de pecho y armadura de pierna, a lo que hay que sumarle un último elemento que varía en función de la clase que hayamos escogido y que si bien al principio su finalidad es puramente decorativa, más adelante comprobaremos que el colocarnos uno u otro hará que obtengamos puntos que nos hará tener acceso a determinados items.

Cada uno de los elementos de los que se compone la armadura tiene su propio impacto en la defensa de nuestro personaje, pero además cuenta con algunos añadidos secundarios que en determinados casos marcará la diferencia entre elegir esa o elegir otra, como puede ser el hecho de que aumente la velocidad de recarga de un arma determinada o llevar más balas de lo normal de alguna de ellas.

Por el lado de las armas, tenemos una principal, que puede ser un  fusil automático, de explorador, de pulsos o un cañón  de mano, también una especial, a elegir entre fusil de francotirador, escopeta o fusil de fusión, y por último, las armas pesadas, que pueden ser ametralladoras y cohetes.

Cada una de ellas se adapta a un tipo de juego determinado, y entre cada tipo podemos cambiar fácilmente con solo un botón. Con una pulsación cambiamos entre principal y especial, y manteniéndolo pulsado pasamos a la pesada.

Es un detalle importante el hecho de que podamos llevar encima 9 objetos de cada tipo de los mencionados anteriormente, tanto de cada una de las partes en las que se compone la armadura como de los diferentes tipos de armas, y podemos cambiárnoslas en cualquier momento, no hay que decidir antes de empezar una misión el equipamiento y hasta que termine no lo podremos cambiar. Simplemente con pulsar un botón tendremos acceso al menú que nos permitirá cambiar rápidamente nuestro equipamiento.

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La clave de la evolución está en la luz

Como muchos otros juegos, Destiny cuenta con su propio sistema de evolución del personaje que nos da acceso a nuevas habilidades, a mejorar las existentes y a armas y armaduras más potentes. En cuanto a las habilidades, cada personaje cuenta con dos subclases a elegir, igualmente intercambiables en cualquier momento, con tres puntos principales (armadura, recuperación y agilidad), además de contar cada una de ellas con su propio «árbol» de habilidades únicas que iremos desbloqueando a lo largo del juego, en algunas ocasiones teniendo que elegir una en detrimento de otra, o renunciando un apartado por potenciar otro.

Hasta el nivel 20 la evolución es, por decirlo de una alguna manera, clásica. Conforme vamos jugando vamos obteniendo puntos de experiencia, necesitando progresivamente más para ir alcanzando cada nivel. Una vez llegados a este punto, entra en juego la luz. ¿Qué es la luz? Es el sistema que nos permitirá ir más allá de este nivel, donde ya no solo cuenta la experiencia que obtengamos mientras jugamos, sino también la luz que desprenda los objetos de nuestra armadura.

Y es que hay clases  tanto de cada pieza de la armadura como de cada tipo de arma, además de para el resto del equipamiento. Desde el normal, de fondo blanco, pasando por el poco común de fondo verde, el peculiar de fondo azul o el violeta de la clase leyenda, hasta llegar a  los excepcionales de fondo naranja. Además, cada uno de ellos cuenta con una serie de posibilidades de mejoras extra que podremos ir desbloqueando a medida que las vayamos usando, otorgándonos más potencia de ataque, más defensa, posibilidad de llevar más munición, diferentes tipos de mirilla o velocidad de uso, entre otras cosas.

Para subir de nivel más allá del 20, como decíamos, necesitaremos objetos de armadura que tengan luz, y estos son los peculiares, los de leyenda o los excepcionales. Lógicamente, cuando mejor sea esta armadura, más luz tendrá. Sumadas todas las motas de luz de nuestro equipamiento es lo que nos hará seguir creciendo, aunque nos costará cada vez más trabajo ya que, además de la dificultad de encontrar items de leyenda y excepcionales hay que sumarle el hecho de que para mejorar cada uno de ellos cada vez nos irá haciendo falta objetos cada vez más difíciles o pesados de conseguir a parte del lumen habitual.

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El Criptarca

Posiblemente el personaje más odiado de todo el juego. ¿Es uno de los jefes finales? ¿Es el que está detrás de la oscuridad que azota al universo? No, es el buen señor al que llevamos los engramas que nos encontramos o nos ganamos en nuestras duras jornadas de tiroteos interestelares para que este los descifre y nos lo devuelva en forma de equipamiento nuevo. ¿Entonces? Pues que, la inmensa mayoría de las veces el chasco que nos llevamos es proporcional al subidón que nos da cuando un enemigo suelta un engrama tras eliminarlo, porque muy rara vez nos da algo que de verdad nos haga cambiar nuestro equipamiento actual, sobre todo en los niveles superiores.

Y es que para hacernos con nuevo equipamiento tenemos 3 formas diferentes: encontrárnoslo directamente tras derrotar a un enemigo, como recompensa al terminar una misión o comprándolo en algunas de las tiendas que hay en La Torre. Hay veces que en las dos primeras posibilidades, en vez de darnos el equipamiento directamente nos dan un engrama de los que comentábamos más arriba, no sabiendo de que se trata hasta que se lo llevamos al Criptarca. Es decir, la aleatoriedad entra en juego de una forma tan injusta como estimulante, aunque muchas veces al final desemboque en frustración.

En cuanto a las tiendas, aquí no hay trampa ni cartón: sabemos lo que compramos, sabemos lo que nos cuesta. Eso si, no solo basta con el lumen, que digamos es la principal moneda de cambio con la que se comercia en La Torre, también necesitaremos tener cierto nivel para poder comprarlas, ya no solo equiparlas. A medida que vayamos completando misiones iremos ganado puntos de vanguardia, que hará que vayamos subiendo de nivel y teniendo acceso a compras de material exclusivo si no queremos esperar a que El Criptarca se haya levantado con buen pie ese día.

Pero además del material de vanguardia, que es para lo que obtenemos puntos por defecto tras realizar asaltos, balizas de exploración, contratos y demás contenido PvE, podremos luchar en nombre de alguna de las tres facciones presentes en el juego y así subir de nivel en cada una de ellas para tener acceso a los items de sus tiendas. Estas son Orbita Muerta, Nueva Monarquía y Secta Guerra Futura. Cada una de ellas con su propio estilo visual, que seguramente sea lo que incline la balanza a la hora de elegir una u otra.

¿Cómo luchamos en nombre de una de las facciones? Tan fácil como equiparnos con un elemento que mencionábamos anteriormente de la armadura, en principio solo decorativo, pero que si es de alguna de estas facciones, en vez de puntos para subir de nivel de vanguardia o haremos para la que queramos en ese momento, elemento que podremos comprar en cada una de sus tiendas de La Torre y que depende de la clase de Guardían que hayamos elegido será una capa, un pañuelo o una banda.

Al igual que las armas, armaduras y subclases de personaje, este elemento lo podemos intercambiar en cualquier momento de la partida, siempre y cuando lo tengamos disponible en nuestro inventario.

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La historia

Lógicamente no vamos a entrar en como se desarrolla la historia para no chafarle a nadie el asunto, más allá de contextualizar.

Nos situamos en un futuro en el que, tras la llegada de El Viajero, la humanidad se expande por el sistema solar en la que se realizan grandes avances y descubrimientos en todos los campos, viviendo una auténtica Edad de Oro. Pero todo se tuerce cuando un viejo enemigo de este vuelve de la oscuridad y a punto está de acabar con todo, incluso con la propia Tierra, aunque finalmente El Viajero consigue defender a la humanidad, y es justo debajo donde se construye la última ciudad, en torno a su aura protectora.

En este punto comienza nuestra carrera como Guardián, con el deber de defender lo que tenemos y recuperar lo que fue nuestro. Son tres razas las que conviven en armonía y luchan contra el mal común: humanos, insomnes y exos.

En cuanto a enemigos, los tendremos de cuatro razas: los Caídos, los de la Colmena, los Vex y los Cabal.

La sensación que nos queda en lo que respecta a la historia es que carece de importancia, cuando realmente se podría haber creado un universo bastante más rico y atractivo teniendo en cuenta las posibilidades casi infinitas que nos brinda el hecho de basarse en el futuro y con todo un universo a modo de lienzo en blanco sobre el que pintar lo que la imaginación y la creatividad de de si. Quizás no un Mass Effect, pero si un punto intermedio.

Es cierto que a través de las cartas del Grimorio que vamos obteniendo conforme vamos cumpliendo determinados objetivos podemos acceder a muchos detalles del universo en el que se desarrolla Destiny, pero es algo a lo que tenemos que acceder fuera del juego en vez de hilarse durante la propia historia, que aunque está bien que se expanda fuera de él, se hecha en falta más chicha a la hora de conocer las historias y las motivaciones tanto de los diferentes bandos como de los personajes.

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El Crisol

Como comentábamos anteriormente, aunque Destiny se puede jugar en solitario, lo ideal es hacerlo en cooperativo. Pero, además de poder enfrentarnos a la CPU en cualquiera de las dos situaciones anteriores, Destiny también incluye un modo multijugador competitivo con diferentes tipos de partidas, en los que enfrentarnos entre los propios usuarios, y lo hace bajo el nombre de El Crisol.

En El Crisol podremos jugar a 4 modos de juego:

  • Control: 2 escuadras formadas por un máximo de 6 guardianes se enfrentan por el control de 3 zonas repartidas en el mapa. El que tenga más tiempo más zonas bajo control, gana.
  • Enfrentamiento: El clásico combate a muerte por equipos. El que mate más, gana. Aquí también son partidas de 6vs6.
  • Disputa: Similar a enfrentamiento, pero esta vez cada uno va por su cuenta, no hay equipos. 6 guardianes se baten a muerte por ver quien es el que saca más puntos al final de la partida.
  • Escaramuza: Parecido a enfrentamiento en cuanto a que estamos a un combate a muerte por equipos, con la diferencia de que esta vez en vez de ser de 6vs6 es de 3vs3, con la particularidad añadida de que es el único modo de juego en el que un compañero puede revivir a otro recién caído, de forma que su muerte no compute en el marcador final.

En las partidas del Crisol las ventajas de nivel están desactivadas, por lo que salvo por el equipamiento que hayamos ido adquiriendo, que lógicamente mantendremos aquí, no hay excusas a la hora de encarar la dura realidad que muestran las tablas de clasificación, más allá de los históricamente recurrentes «que falso» o «vaya lag que tengo».

Aquí ganaremos equipamiento, reputación y enseñas específicas de El Crisol, además de puntos de vanguardia o de la facción a la que representemos en ese momento. Hay tiendas en La Torre en las que solo podemos comprar con cierto nivel del Crisol, por lo que no conviene hacerle ascos.

Las partidas van bastante bien, y si nuestra conexión está a la altura no tendremos ningún problema en disfrutar de ellas más allá de nuestra propia habilidad y la de los otros jugadores.

Los mapas están ambientados en las localizaciones que ya visitamos en el modo historia o que seguimos visitando en los asaltos y demás eventos, aunque lógicamente con modificaciones adaptadas para cada modo de juego. Hay mapas más cerrados, ideales para los combates cuerpo a cuerpo o a corta distancia, otros donde los snipers se sentirán como peces en el agua y otros intermedios en el que hay zonas para todos los tipos de jugadores. Se echa en falta más cantidad, eso si.

Aunque durante nuestras sesiones de juego PvE también se nota, donde de verdad es crucial la elección de la clase de personaje es aquí, en las partidas multijugador competitivas, porque es donde estaremos más al límite, y solo encontrando el tipo de Guardián que se adapte mejor a nuestra forma de jugar y eligiendo bien sus habilidades especiales y armas podremos tener alguna posibilidad.

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Listas de juego de Asalto

Terminar la historia principal no significa el final del juego, ni mucho menos. Dada su propia naturaleza, nos llevará a repetir misiones una y otra vez en busca de la experiencia necesaria para subir de nivel, de equipamiento potente o de engramas con los que el Criptarca haga su trabajo.

Aunque como decíamos, podemos volver a repetir cada misión yendo al planeta en cuestión y activándola, como la primera vez, también existe el modo Asalto, que no es más que una serie de listas de reproducción, diferenciadas por su nivel de dificultad y, por tanto, por la calidad de sus recompensas, que nos empareja con usuarios de nuestro mismo nivel para realizar una misión tras otra en modo cooperativo.

Eventos diarios, semanales, aleatorios, especiales y raids

Además de lo indicado anteriormente, Bungie va actualizando el contenido del juego cada día. Siempre tenemos un evento diario diferente que realizar, otro semanal, además de estar destacado especialmente uno de los modos del Crisol, deforma que si los superamos tendremos más posibilidades de obtener items que de otra forma o son inaccesibles o su probabilidad de aparición es bastante escasa.

Mención especial para los eventos aleatorios a los que podemos acceder mientras que estamos en las zonas de patrulla de La Tierra, Venus, La Luna o Marte, que surgen de la nada, sin previo aviso, y que si conseguimos superarlos nos darán como recompensas materiales raros con los que poder subir de nivel nuestro equipamiento en los niveles superiores.

También habrá eventos especiales, disponibles durante un tiempo determinado, que de cumplirlos nos darán recompensas únicas. Estos están compuestos por más de una misión. Por ejemplo, actualmente está activo el de «La ira de la reina«, en el que más allá de completar una misión especial creada para tal efecto nos propone realizar una serie de contratos para ganar puntos que nos harán subir de nivel «de la reina», de forma que podamos comprar items en la tienda que han montado temporalmente en La Torre.

Las raids merecen una mención a parte, y es que, aunque no dejan de ser misiones cooperativas, su elevada dificultad, la carencia de matchmaking (algo que están estudiando incorporar por las quejas de los usuarios) y la necesidad de trabajar más que nunca codo con codo con cada uno de nuestros compañeros de escuadra las hacen destacar sobre el resto. Así pues, necesitamos ir equipados con nuestras mejoras galas y a poder ser con 5 compañeros más que trabajen en equipo.

Lo bueno es que el avance que vayamos realizando en las raids se irá guardando, de forma que si lo tenemos que dejar o queremos hacerlo porque nos estamos estancando y desesperando a partes iguales, podemos continuar otro día desde el mismo punto en el que lo dejamos, siempre y cuando el líder de la escuadra sea el mismo.

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Los contratos

Antes hemos hecho mención a los contratos y al hecho de que el juego no termina cuando completamos las misiones de la historia. Los contratos son uno de los aspectos que no solo alargan la vida del juego por mantenernos ocupados, sino que nos dan acceso a recompensas gracias a que sumamos puntos de vanguardia o de la facción a la que estemos representando en ese momento.

Contratos hay de 2 tipos, los de asalto que podemos hacer solos o en cooperativo, o los del Crisol, que lógicamente tenemos que ir al plano competitivo del juego para hacernos con ellos. Además habrá algunos especiales dependiendo del momento. Desde hace unas semanas, con el contenido La ira de la reina, tenemos contratos que cumplir, tanto en partidas de asalto, como de patrulla o en el Crisol.

Los contratos se van renovando todos los días, y podemos tener activos simultáneamente un máximo de cinco. Una vez cumplidos el espectro nos avisará de que podemos pasarnos por La Torre para entregarlo, obtener nuestra recompensa y elegir nuevos contratos.

No tenemos un tiempo límite para cumplirlos, aunque podemos cancelar cualquiera en todo momento. También es posible consultar el progreso de los que tengamos activos en el menú Inventario.

La idea es bastante buena y forma parte de nuestro día a día en Destiny, haciéndonos realizar misiones o visitar localizaciones que de otra forma quizás ignoraríamos, aunque otras veces las hacemos sobre la marcha con nuestras partidas habituales en los modos de asalto, del Crisol o cualquiera de los tipos de eventos descritos anteriormente, pero quizás terminan repitiéndose demasiado, echándose en falta algo más de variedad y originalidad en este apartado.

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Gráficos

En lo que respecta al apartado visual, y teniendo en cuenta el tipo de juego que es, el tamaño de los entornos en los que nos movemos y que no solo estamos nosotros ahí, sino que también están enemigos y otros jugadores con los que podemos interactuar o no, pero que forman parte de nuestras partidas, que sería injusto pretender que sentara las bases de lo que tiene que ser la nueva generación.

Aun así el juego luce tremendamente bien, con unos escenarios bastante cuidados y una paleta de colores que le viene como anillo al dedo, con una iluminación bastante acertada que luce muy bien sobre todo en interiores.

Aquí lo que si he echado en falta es, en el apartado de las animaciones, algunas de cuerpo a cuerpo, como agarrar a los enemigos y lanzarlos (por lo menos los de menor envergadura), apuñalar en el pecho o por la espalda, agarrar del cuello y partírselo… este tipo de cosas

Jugabilidad

Prácticamente impecable. Bungie aquí deja patente con maestría sus años de experiencia a los mandos del control del Jefe Maestro, y nos ofrece un control del personaje soberbio, tanto a la hora de movernos por el entorno, con sus dobles (y triples!) saltos o deslizándonos por el suelo apoyándonos con las rodillas como en el manejo de las diferentes armas. En todo momento hacemos lo que queremos hacer con el personaje, con una fluidez y una velocidad de respuesta pasmosa. Una gozada.

Además es totalmente accesible, y cualquier jugador que no esté muy habituado a jugar a shooters en primera persona verá como en poco tiempo se hace con el control del personaje, ayudado también por la progresión con la que vamos adquiriendo las diferentes habilidades, aspecto muy importante que en muchas ocasiones se pasa por alto.

Este nivel de control se extrapola también a los vehículos que tenemos a nuestra disposición, destacando el socorrido colibrí que podemos invocar en cualquier momento y que nos permite trasladarnos rápidamente por el mapeado. De hecho, casi podrían crear un mini-juego de carreras partiendo de su base, por que es un placer controlarlos, aunque bien podrían haber aumentado el tiempo de turbo, por lo menos en el apartado PvE, porque hay veces que, como tengamos que ir muy lejos desde donde estamos, se echa de menos más potencia.

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Inteligencia artificial

Uno de los puntos fuertes del juego, también fiel reflejo de lo visto en anteriores trabajos del estudio, es la inteligencia artificial de la CPU, escondiéndose si le estamos disparando y estamos en superioridad, esperando su momento, o incluso retirándose si están casi muertos, para ganar tiempo y recuperar el escudo.

La pena aquí es que el buen trabajo realizado con los enemigos «normales» se ve empañado con los jefes finales, siendo la mayoría de ellos bastante cuadriculados y previsibles, haciéndose bastante cansino el proceso de terminar con ellos por lo largo que se nos hace estar repitiendo las mismas acciones constantemente durante tanto tiempo, disfrutando más del camino hasta ellos, teniendo que hacer frente a muchos enemigos y, aquí si, viviendo cierta variedad de situaciones.

Música y sonido

La banda sonora está compuesta y dirigida por toda una institución, Martin O’Donnell, y co-escrita por Michael Salvatori. Cualquiera que haya jugado a alguno de los Halo sabe que son un auténtico seguro de vida a la hora de crear el clima perfecto para disfrutar plenamente de un juego, con melodías que nos acompañan durante todo el viaje y que nos ponen en tensión en los momentos en los que la acción se dispara.

Al que le interese, está disponible en iTunes por 14,99€. Está compuesta por 44 canciones.

En cuanto a los efectos de sonido, cumplen, aunque si es cierto que se echa de menos más sonidos de ambiente dependiendo del entorno en el que estemos, que notemos que estamos en un planeta u otro no solo por lo que vemos, también por lo que escuchamos.

En relación al sonido, recalcar también que el juego está doblado al castellano a un gran nivel, te crees perfectamente las voces de cada personaje, que al fin y al cabo es lo que importa.

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Duración

Uno de los puntos calientes del juego. Si nos ceñimos a lo que tardamos en completar una vez las misiones para terminar el modo historia el juego es corto, muy corto. Más que hablar de tiempo en concreto, que en un juego de este tipo puede variar mucho en función de lo que nos entretenemos en otras cosas más allá de ir a lo que tenemos que ir, nos referimos a la sensación que nos queda al terminar. Sabe a poco, queremos más.

Esto es malo, pero claro, como venimos diciendo más atrás, el juego no termina aquí, y no solo para los que luego echan sus horas con el multijugador competitivo, como puede pasar con los Call of Duty o el propio Halo, sino también para los que disfrutan jugando solo o en compañía pero en cooperativo, gracias a los eventos diarios, semanales, especiales o las raids, por lo que aquí el juego dura lo que tardemos en cansarnos de todo esto.

Otro de los puntos clave que nos harán seguir jugando una y otra vez después de ponerle el broche a la historia es la necesidad casi enfermiza de subir de nivel y obtener mejor equipamiento para nuestro Guardián, algo tan simple pero tan difícil de conseguir por parte de sus creadores que son pocos los juegos que consiguen crear ese impulso de seguir jugando «solo» por ver crecer el numerito de nuestro nivel o de algunos de nuestros objetos, como han conseguido otros juegos mencionados anteriormente como Diablo o Borderlands. Las comillas en el «solo» vienen porque lógicamente, si el juego no es divertido, esto no valdría para nada, pero es que Destiny es bastante divertido de jugar.

Sensación de vacío

Algo que he sentido y sigo sintiendo cada vez que juego a Destiny es que hay poca vida en los entornos por los que nos movemos. Más allá de que realmente no vamos por lugares habitados actualmente, se echa en falta cruzarnos con más cantidad de enemigos por los diferentes mundos que tenemos a nuestra disposición, además de encontrarnos con algunos puntos con los que interactuar de alguna forma.

Esta sensación se acrecienta por el hecho de que los enemigos, siempre, absolutamente siempre, aparecen en el mismo sitio, un pequeño grupo formado por la misma cantidad y clase de enemigos, por lo que el factor sorpresa se pierde. Algo de aleatoriedad en este sentido le sentaría muy bien al juego.

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¿Esto es todo?

Ya hablamos justo unos párrafos más arriba de la duración del juego. Pero este también pide a gritos nuevos entornos, más variedad de escenarios y de misiones donde realizar asaltos, eventos y raids que añadan más variedad a un juego que, si bien es cierto que es tremendamente divertido y adictivo, además de contar con el plus de que podemos jugar partidas tanto cooperativas como competitivas a golpe de click, es difícil mantener el nivel de atención sobre él durante mucho tiempo las posibilidades no se amplían.

Bungie es consciente de esto, y además de las actualizaciones semanales con eventos y raids de todo tipo ya está preparando dos grandes expansiones para el juego. La primera llegará en diciembre de este mismo año, bajo el nombre de The Dark Bellow, y la segunda lo hará en 2015, en una fecha todavía por concretar, y es conocida como House of Wolves.

Ambos contenidos descargables, cuyo precio oficial en forma de pack es de 34,99€, aportarán al juego nuevas misiones, arenas multijugador cooperativas y competitivas, además de armas, armadura y equipamiento nuevos.

Tanto del trabajo del día a día como de lo que den de si estas primeras dos expansiones dependerá en buena parte lo que dará de si el recorrido de un juego cuyo objetivo es de haber llegado para quedarse y crear toda una franquicia en torno a este nuevo universo creado por Bungie. Los mimbres los tienen, desde luego.

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Conclusiones: El problema de las expectativas

Destiny es un juego tremendamente esperado desde incluso antes de su anuncio. Desde el mismo momento en el que Bungie se desvincula de Microsoft y posteriormente une sus fuerzas con Activision, la expectación ha sido máxima por ver de lo que eran capaces de hacer los creadores de una franquicia como es Halo, con el aliciente además de que el juego llegaría más allá de las consolas de Microsoft, por lo que muchos más jugadores podrían echarle el guante, y por tanto alimentar el hype en torno a él.

El problema de las expectativas es vamos creando una bola en torno a ellas, tanto por nuestra propia cuenta como alimentadas por los propios creadores de los juegos, que una vez tenemos el producto entre manos, como lo hemos idealizado tanto previamente, al final vemos cosas que creíamos que no estarían, que no están cosas que creíamos que si lo estarían o que hay otras que aun esperando que estuviesen y estando, lo están de una forma diferente de la que nos habría gustado que estuviese. Ser, estar o parecer.

¿Ha cumplido Destiny con las expectativas creadas? Pues dependerá de cada persona, tanto por las que tuviese como por como encajó lo que ha terminado siendo el juego en si. Bajo mi punto de vista lo nuevo de Bungie es un manotazo encima de la mesa, es ver como un estudio se desmelena, se sacude la chaqueta que tenía puesta durante muchos años y expresa lo que tenía dentro, lo que quizás les gustaría haber hecho con Halo de haber seguido con él, o quizás lo que se les ocurrió mientras trabajaban en él pero no venían como encajarlo dentro de un tipo de juego muy predefinido.

Han sentado las bases de algo muy grande, de lo que quizás por ahora solo estemos viendo los primeros esbozos. Quien sabe si con algo más de tiempo algunas de las pegas que hemos comentado anteriormente habrían sido cubiertas, sobre todo en lo que respecta a la posibilidad de tener más planetas, más entornos que explorar, más variedad de misiones y situaciones, pero lo que está claro es que por si solas estas pegas no puede con todo lo bueno que tiene. Y de hecho algunas de ellas seguramente se vayan subsanando con el tiempo, aunque en algunos casos, los más jugosos, haya que pasar por caja.

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Bungie trae al mundo de las consolas una mezcla de géneros y una forma de jugar más propia de PC con un resultado bastante notable. Destiny es la primera piedra de algo que apunta alto, y difícilmente una primera piedra que tiene tantas aristas puede quedar mejor.

Lógicamente Destiny no es un juego para todo el mundo, como no lo es ninguno de los que se han lanzado a lo largo de la historia, salvo muy honrosas excepciones. Destiny es un juego para gente a la que le gusten los shooters en primera persona en cooperativo y no tengan ningún problema en repetir misiones y situaciones habitualmente, si ello continúa siendo divertido y estimulante, sea por el proceso en si o por el looteo.

Destiny no es un juego para los que busquen una historia absorbente, que te mantenga en vilo de principio a fin, con personajes carismáticos e icónicos que recordaremos para siempre, ni para los que quieren terminarlo y ya está, porque quedarán insatisfechos. Tampoco es un juego para los que busquen una plena experiencia multijugador competitiva, como puede ser la que nos ofrece Call of Duty. El PvP del juego de Bungie es un perfecto complemento para un juego que centra la mayoría de sus esfuerzos en el cooperativo.

Destiny es, en definitiva, para los que disfrutan de algo y no les importa repetirlo una y otra vez mientras que les siga resultando divertido y estimulante, algo de lo que el juego se ocupa por si solo, por lo menos tras un mes de juego intenso.

Seguramente no haya terminado siendo lo que las expectativas, propias y ajenas, habían creado en torno a él, ni tampoco lo que Bungie tiene en mente para algo de esta envergadura, pero es que con todo y con eso Destiny es un juego que da gusto jugar y que pide a gritos seguir siendo jugado, y eso es, en definitiva, la esencia de los videojuegos. Tan simple en su concepto como tan complicado de conseguir.