Siguen produciéndose bajas en Naughty Dog, el estudio responsable de Uncharted y The Last of Us, entre otros, que actualmente se encuentra en pleno desarrollo de Uncharted 4: A Thief’s End.

A principios de marzo fue Amy Henning, directora creativa y guionista de la saga. Un mes más tarde fue el director del juego, Justin Richmond, el que se fue de la compañía para pasar a formar parte de Riot Games. Unos días más tarde el que salía del estudio era Nate Wells, director artístico de Uncharted 4, pasando a trabajar en Giant Sparrow.

A estas importantes bajas hay que sumarle otras dos de peso, las de Taylor Kurosaki y Jacob Minkoff, diseñador principal de narrativa y co-diseñador principal, respectivamente, que dejan el estudio para enrolarse en las filas de Infinity Ward, uno de los estudios encargados del desarrollo de Call of Duty, que ya sufrió su particular fuga de cerebros hace tiempo, fundadores incluidos (crearon Respawn Entertainment).

En todos los estudios hay movimientos de desarrolladores, unos entran y otros salen (a Naughty Dog llegó a finales de año Corrine Yu, desde Microsoft), pero que en pocos meses haya salido tanta gente del estudio, gente de peso, con cargos importantes, da que pensar.